Finalmente,
todo estaba dicho
y las estrellas estaban al pie del cerro
alumbrando todo lo que existía a su alrededor como un aura
y como el aura la ven sólo aquellos que buscan
tenían número y color definido.
De día, notaba el suave calor del sol
junto al hermoso río Bío Bío.
Los que tengan ojos para ver,
notarán que a la hora del crepúsculo
siempre habrá un mensaje que guardar.
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